Monday, October 03, 2005

OCTAVIA.

Es una ciudad como laberinto que está en Asia. Hay un principio entre dos montañas abruptas: la ciudad está sobre el vacío, sujeta a las dos cuestas con cuerdas, cadenas y peldaños angostos. Los viajeros deben caminar sobre los pequeños peldaños de manera concentrada, teniendo cuidado de no apoyar los pies en los espacios abiertos ni colgarse de las hebras de caña. Por debajo no hay nada por cientos y cientos de metros; se ven algunas nubes de paso; más abajo aún se puede vislumbrar apenas el fondo del abismo. El basamento de la ciudad es una red que sirve de pasaje y apoyo. Todo lo demás, en vez de elevarse, cuelga hacia abajo: escaleras de cuerda, hamacas, casas colgando como bolsas, ganchos de ropa, terrazas como góndolas, pieles de agua, chorros de gas, escupidas, canastas sobre sogas, estantes giratorios, regaderas, trapecios y aros para juegos infantiles, autos a cable, candelabros, recipientes con plantas colgantes. Suspendida sobre el abismo, la vida de los habitantes de Octavia es menos incierta comparada con otros lugares: saben que la red solamente va a durar un tiempo.
© Waldemar Verdugo Fuentes.